martes, 20 de octubre de 2009

LA METÁFORA





Metáfora o traslación



Mediante el algoritmo analógico conocido como metáfora se identifica verbalmente algo real (R) con algo imaginario o evocado (i); se identifica, pero no se compara, pues en ese caso sería un símil, recurso diferente y mucho más simple y primitivo. Puede decirse, así, que una metáfora es una comparación incompleta: en vez de afirmar que “ella es tan bonita como una rosa”, se escribe más llanamente “ella es una rosa”, lo que ya constituye metáfora.

Cuando aparecen los dos términos (real y evocado) estamos ante una metáfora in praesentia (Ullmann) o metáfora impura o imagen. Cuando no aparece el término real, sino sólo el metafórico, estamos ante una metáfora pura. Se usa cuando no existe término propio para la situación, el término propio no tiene la connotación deseada, se quiere evitar la repetición del término propio o se desea hacer palpable lo que se designa o dirigir la atención hacia el significante; en suma, cuando se busca novedad o, por usar la expresión de Novalis, se pretende conceder a lo cotidiano la dignidad de lo desconocido.

Mas pues, Montano, va mi navecilla
corriendo este gran mar con suelta vela,
hacia la infinidad buscando orilla…
Fr. de Aldana, Epístola a Arias Montano

Alma ( R ) = Nave (I) Dios ( R ) = Mar (I)

La abundancia de metáforas suele oscurecer (noema) un texto; su desarrollo en forma de alegoría, por el contrario, ilumina una composición creando silogismos de analogía que la transforman en un instrumento cognoscitivo. La alegoría puede ser muy simple, como cuando Ramón Gómez de la Serna escribe en una greguería que “el esqueleto es un ventanal al que se le han roto todos los cristales” pero en realidad está alegorizando lo quebradiza y fugitiva que es la vida, o compleja, como puede ser Le roman de la rose o un auto sacramental de Calderón.

Junto a este tipo de metáfora compleja o alegórica está la metáfora motivada, que se denomina también alegoría: una balanza es alegoría de justicia: en vez de existir relación arbitraria entre significante sensible y significado abstracto hay una relación motivada.

La metáfora personal, muy identificada con el espíritu y las vivencias de un poeta, se denomina símbolo. Se compone igualmente de dos elementos, el sensorial y el intelectual, pero el símbolo se caracteriza por su permanencia fija en el seno de una cultura. La cruz es símbolo del cristianismo, pero para los romanos era un instrumento de ejecución de esclavos, equivalente a una horca. Así puede verse que el símbolo es colectivizado poco a poco por una cultura y que, inversamente, puede ser descolectivizado y personalizado con un significado diferente. Gradualmente el símbolo adquiere significados connotativos personales en el decurso de la historia literaria que se van añadiendo hasta la polisemia.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola soy Miguel Pozas, su alumno de 1º E.S.O B,situado en la primera fila, a la izquierda.

Tu página es muy interesante, y sobre todo graciosa.Me encantan tus "chistes" parroquiales,y la canción del pirata.

Cueva de Montesinos dijo...

Me alegro Miguel, de eso se trata, de que paséis un rato entretenido y entre todos hagamos algo que merezca la pena.

Buen fin de semana.

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